La lesión de Dembélé ha sido un auténtico mazazo. Para todos. En primer lugar para el futbolista que ha visto como tiene que parar por tercera vez en esta temporada y sexta a lo largo de 2019. Pero también para el club, que no acaba de entender este nuevo percance. En otras ocasiones, la explicación se centraba en la vida que llevaba el jugador, aficionado a trasnochar jugando a los videojuegos sin cumplir las horas de descanso necesarias. Otra de las causas esgrimida eran los malos hábitos alimenticios del futbolista.
Eso era antes. De un tiempo a esta parte la actitud del jugador ha cambiado. Un factor importante en dicho cambio ha sido que su representante, Moussa Sissoko, se ha trasladado a vivir a Barcelona y ahora está muy encima del jugador al que visita con frecuencia. Dembélé ha mejorado su alimentación y ahora cumple sus horarios. Además, se está entrenando bien con ejercicios específicos para evitar recaídas. Por eso, ha sorprendido tanto en el club esta nueva lesión.
Ayer se produjo una reunión en las oficinas del club a primera hora de la mañana. Sissoko se reunión con Abidal, pero también con los médicos del club para analizar los posibles motivos de esta lesión. No hay conclusiones claras, pero la intensidad de los entrenamientos podría ser una de ellas.
Ayer no hubo parte médico. La pierna derecha del futbolista sigue inflamada y hoy se le efectuarán nuevas pruebas para determinar el alcance de la lesión. Después de las primeras exploraciones, el tiempo de baja estimado por los servicios médicos oscilará entre cuatro y cinco semanas, aunque hasta hoy no se podrá confirmar de manera oficial. El objetivo, por tanto, será que Dembélé esté en condiciones para jugar la Supercopa en Arabia.
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